Un hecho histórico para la ciudad de Quequén tuvo lugar el 18 de enero de 1960, cuando se iniciaron las tareas para reflotar al buque Tara, encallado desde el 24 de diciembre del año anterior. La noticia generó gran expectativa entre los vecinos y turistas, quienes se acercaron en masa a la playa de Pinocho para ser testigos de este acontecimiento.
Con el objetivo de sacar a flote al carguero, se emplearon tres potentes bombas para extraer el agua que se había acumulado en sus bodegas. Paralelamente, el remolcador Vencedor se mantuvo a la espera para iniciar las maniobras de arrastre una vez que el buque estuviera en condiciones de navegar.
Durante los meses que el Tara permaneció encallado, se convirtió en un punto de referencia para los visitantes, quienes no dudaban en tomarse fotografías junto al imponente barco. Su presencia en la playa de Quequén marcó un antes y un después en la historia de la ciudad.
Finalmente, gracias al esfuerzo conjunto de los trabajadores y equipos especializados, el Tara pudo ser liberado de su cautiverio y emprendió rumbo hacia aguas abiertas. Este hecho puso fin a una odisea que había acaparado la atención de toda la comunidad.
A fines de 1959, el buque que llegó a Puerto Quequén para cargar trigo y transportarlo a Holanda. Sin embargo, la mala fortuna volvió cruzarse y cuando el buque se encontraba fondeado en nuestra estación marítima, una fuerte ráfaga de viento rompió las amarras y lo dejó al garete.
La nave fue arrastrada por las aguas y tras salir de la protección del puerto, fue empujada hacia la costa.
Los más memoriosos habitantes de Quequén aún recuerdan cuando el Tara encalló en el fondo rocoso, frente a la Colonia Pinocho, y en un intento de zafar de la varadura rompió la hélice.
Con información del Área de Museos