La Liga Naval Italiana (LNI) presentó al gobierno argentino una propuesta de cooperación para realizar pericias subacuáticas con la finalidad de identificar el naufragio encontrado por el grupo de investigación Eslabón Perdido en cercanías del puerto bonaerense de Quequén.
El ofrecimiento de la entidad, que está bajo la órbita del ministerio de Defensa de Italia, fue presentado formalmente mediante una nota dirigida al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, de quién depende la Prefectura Naval Argentina (PNA).
La asistencia propuesta, sin cargo alguno para el estado argentino, es de “personal altamente capacitado y medios de última generación a fin de brindar un diagnóstico exhaustivo” del naufragio que para la LNI es “sospechoso de ser un U Boot alemán”, según anticipó la entidad en la misma presentación.
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El ofrecimiento se basa en el Tratado General de Amistad y Cooperación Privilegiada entre la República Argentina y la República Italiana (Ley argentina N° 25.224) que prevé la “cooperación en el campo de la investigación” entre ambas partes.
La propuesta también tiene como fundamento el Convenio de Cooperación Técnica suscripto entre Italia y Argentina, que fuera aprobado mediante la Ley N° 23.531, norma que establece que “las partes (Argentina e Italia) podrán enviar expertos gubernamentales o privados” en forma recíproca.
El mencionado acuerdo contempla expresamente “el intercambio de expertos que podrán desarrollar tareas operativas o de consulta”.
La presentación fue rubricada por la doctora Anna Rita Lepore, Presidente de la LNI (Foggia), y el Doctor Fabio Giuseppe Bisciotti, director de Oeraciones Subacuáticas de dicha entidad.
El doctor Bisciotti ya ha analizado los videos filmados de los restos náufragos y ha firmado una pericia en la que estableció que se trata de un submarino, aclarando que necesita realizar un estudio in situ para verificar de qué modelo se trata.
En se sentido, Eslabón Perdido ha elevado a la PNA el plan de trabajo propuesto por el experto italiano, a requerimiento de dicha fuerza de seguridad, quien ha identificado submarinos, barcos y aviones de la Segunda Guerra Mundial hundidos en mares del Hemisferio Norte trabajando para distintas entidades como el Pentágono estadounidense o la Royal Navy británica, entre otras.
Por otra parte, indican desde Eslabón perdido que “el año pasado la PNA gastó 61.036.530,90 de pesos en una expedición que tenía como objetivo verificar el pecio, de acuerdo a la información suministrada por el ministerio de Seguridad, pero esa fuerza dijo que no pudo identificarlo”.
Además, señalan que “por parte de la PNA no hay un “plan previsto” para investigar el naufragio y determinar a qué navío pertenece el casco”, según se informó oficialmente como respuesta a una consulta realizada por el grupo descubridor en el marco de la ley 27.275 de Acceso a la Información Pública.
La denuncia de hallazgo del naufragio fue realizada por Eslabón Perdido el 9 de marzo del año pasado y posteriormente mediante dos pericias, una nacional y otra de la LNI, se habría determinado que se trataba de un submarino.
En caso de aceptarse el ofrecimiento, dicha fuerza de seguridad podría aportar la logística y sus expertos, mientras que los italianos su reconocida experiencia en identificación de naufragios de submarinos de la Segunda Guerra Mundial.