Por Alejandro Sánchez

La situación de inseguridad golpea a toda la ciudad y a Quequén.

A diario se conocen diferentes tipos de hechos que elevan la preocupación de los vecinos, vecinas y turistas.

En esta temporada se han repetido los robos de vehículo, de neumáticos, los arrebatos en la vía pública, algunos cargados de violencia.

También otro de los episodios de inseguridad que a diario son noticias son los robos de bicicletas.
Está claro que para una ciudad turística que haya hechos de inseguridad, cerca de la costa, no es la mejor publicidad sino todo lo contrario.

Y acá es donde empezamos a ver las consecuencias secundarias de esta situación, hubo varios hechos sobre la costanera o cada uno de nosotros pudo enterarse de alguien a quien le abrieron el auto, o le sustrajeron algún equipamiento o elemento del rodado mientras disfrutaban la playa.
Si eso le sucede a un turista, el boca a boca y la publicidad no será positiva.

A raíz de esto es necesario que se conozca si hay un informe de situación o un mapa del delito, que ayude a generar políticas de seguridad que puedan evitar y prevenir este tipo de situaciones.

Decirlo es fácil, se lo repite hace décadas . Pero la situación empeora o aparecen estadísticas que indican que hay una mejora, aunque a veces la realidad diga lo contrario.

También está claro que no se pueden repetir las fórmulas o acciones que no dieron resultados.

Los delincuentes utilizan la tecnología para cometer sus delitos. Entonces ahí es adonde hay que apuntar y equipar a las fuerzas de seguridad para que puedan contrarrestar lo que hacen los malvivientes.

Eso más la presencia policial en las calles y el patrullaje en diferentes zonas siempre ayudan, también es clave la rápida respuesta de la justicia ante los requerimientos de las Policía.

La seguridad nos preocupa a todos, por eso acá no hay que caerle a nadie, sino que por el contrario el compromiso para garantizarla debe ser de todos: de las fuerzas de seguridad, el poder político, la justicia y la ciudadanía.