En la tarde del martes 13 de abril de 1993, las condiciones de alta inestabilidad y la llegada de un poderoso frente frío a la provincia de Buenos Aires formaron un cóctel perfecto para el desarrollo de tormentas severas acompañadas de decenas de tornados. Este evento fue clasificado por los expertos como “extraordinario” y hasta hoy, ninguna otra tormenta en nuestro país logró igualar la cantidad de tornados de ese día.
Después de las 20 horas de ese cálido 13 de abril, comenzaron a formarse tormentas sobre el centro de la provincia de Buenos Aires. Rápidamente se extendieron desde el partido de Pehuajó hasta la costa Atlántica entre Necochea y Mar del Plata. Los especialistas calcularon que el área total afectada fue superior a 4000 km2 y los estudios demostraron que el sistema de tormentas se desplazó a 130 km/h, una velocidad excepcionalmente alta.
Todo ocurrió entre las 20 y las 23 h. En total, se reportaron más de 100 tornados, que fueron clasificados en categorías de F1 a F3. Los daños se produjeron a lo largo de franjas orientadas de noroeste a sudeste y entre los partidos más afectados ese día estuvieron Pehuajó, Hipólito Yrigoyen, Carlos Casares, Bolívar, Daireaux, Gral Lamadrid, Olavarría, Tapalqué, Azul, Laprida, Benito Juárez, Tandil, Necochea, Lobería, Balcarce, Gral Alvarado y Gral Pueyrredón.
Al día siguiente, un panorama desolador. En Henderson por ejemplo, el tornado fue categoría F3 y los daños evidenciaron la furia de la tormenta.
Otro tornado de la misma categoría destruyó gran parte de la localidad de Urdampilleta, partido de Bolívar. En Mar del Plata, la tormenta severa fue acompañada de un tornado F2, y como consecuencia la plaza principal quedó irreconocible. Desolador el panorama en las calles de la ciudad feliz.
Si bien esas localidades fueron severamente dañadas, casi la totalidad del área abarcada por las tormentas reportó daños materiales, como voladuras de techos, daños en el tendido eléctrico y en galpones, árboles caídos o arrancados de raíz, y anegamientos por las fuertes lluvias. Los fenómenos meteorológicos de esa noche dejaron un saldo de 7 víctimas fatales y cientos de heridos.
Fue un evento inédito en la República Argentina y renombrado por todos los meteorólogos del mundo. Además, fue la mayor oleada de tornados registrada en todo el hemisferio sur, lo que evidencia que la región pampeana argentina es una de las zonas más propensas del mundo a los tornados. Un martes 13 que no olvidaremos nunca.