Los caminantes observadores pueden encontrar por los recovecos de la Villa Balnearia dos sirenas que prácticamente pasan desapercibidas sino se presta atención.

Una de ellas, “La dama del Mar”, aparece entre los pasillos de los jardines del Complejo Casino, en el medio de una fuente que ahora ha quedado en el olvido, custodiando el atlántico desde una lomada.

Se trata del monumento de la Colectividad Danesa en memoria de los inmigrantes.

Esta escultura tiene semejanza con la sirenita erigida sobre rocas, en la costa de Copenhague, que representa a uno de los personajes de los cuentos del escritor nórdico Hans Cristian Andersen, sin embargo, dado que no se permite hacer réplicas de la escultura que es un ícono de la capital de Dinamarca, la de Necochea se llamó “dama del mar”.

Su construcción fue materializada en 2009 y se inauguró el 12 de octubre de ese año, en coincidencia con el aniversario de la ciudad de Necochea.

La fuente en la que reposa la sirena fue diseñada por el arquitecto Daniel Christensen y se construyó con piedras de Tandil.

Hasta hace algunos años, flameaban de los mástiles que la acompañan las banderas de Dinamarca y Argentina que cada mañana eran izadas por miembros de la colectividad.

Para encontrar la otra hay que estar un poco más atentos ya que nada queda prácticamente de la fachada original del edificio. Hablamos del ex cine Gran Playa, ubicado en calle 85 entre 2 y 4.

Comenzó a funcionar en 1958 y era propiedad de Alfredo Sanz. Estaba dotado de los mejores adelantos en técnica y confort de la época y era, junto al Ocean, los únicos dos cines de la Villa Balnearia.

Cerró con los años y por la década del 90 supo ser un boliche bailable que duró un par de temporadas.

Finalmente, nada quedó de esas salas y hoy es un bazar donde se venden artículos de playa. Un comercio más de la calle 85, pero engalanado por una gran sirena que aún sobrevive los tiempos.