El juicio por jurados que iba a comenzar el 1° de marzo, contra Mariano Smoulenar y Facundo Estarli continúa sin fecha para su ejecución luego de ser suspendido por la aparición de una nueva prueba que podría ser clave.
De acuerdo 341º del Código de Procedimiento Penal, cuando aparecen situaciones nuevas que determinan que una persona llevada a juicio no es la autora, se puede solicitar el sobreseimiento.
Se trata de unos audios que fueron enviados a los pocos meses del homicidio desde el penal de Batán por parte de Estarli, donde este le aseguraría a la madre de Smoulenar, Karina Cavannas, que él fue el autor del crimen.
Sin embargo, según pudo saber TsnNecochea por fuentes cercanas al caso, para incorporar esos audios como prueba en esta instancia del proceso, todas las partes deben prestar consentimiento y, tanto la fiscalía como el abogado defensor de Estarli se negaron.
Cavannas, que había estado imputada también en el hecho y luego fue sobreseída, decidió en su momento, asesorada por su abogado, no presentar en esos audios, sin embargo, ahora quiere hacerlos valer porque beneficiarían la situación procesal de su hijo.
La defensa de Smoulenar debe ahora, a través de una instrucción suplementaria, conseguir las pruebas que acreditan el audio durante el juicio.
En ese marco, se logró contactar al dueño del celular del que Estarli envió el mensaje, un recluso de la unidad 44 de Batán, quien prestó declaración días atrás ante la fiscalía y reconoció que el móvil usado por Estarli era de su propiedad y que incluso escuchó los audios cuando Estarli le devolvió el teléfono.
El 2 de diciembre de 2022, Giglio fue asesinado en torno a una vivienda de calle 511 al 1100. Allí residía Estarli junto a su pareja, Karina Cavannas, madre Smoulenar, el otro acusado del homicidio.
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Al llegar al lugar efectivos del Comando de Patrullas encontraron a Giglio semi desvanecido, con heridas en su cuerpo, producidas con un arma blanca, con una importante pérdida de sangre. Junto a él se encontraba Estarli quien indicó a personal de la Comisaría Segunda que Giglio había ido a pedir auxilio a su domicilio, aduciendo haber sido atacado por dos sujetos.
No obstante, personal de Policía de Seguridad, de la Comisaria Segunda y Comando de Patrullas, observaron que, en el acceso vehicular de la vivienda de 511, traspasando las rejas, parte del piso había sido lavado recientemente, con el aparente fin de limpiar manchas de sangre.
Además, pudieron ver en la vereda algunas manchas, posiblemente de sangre, haciendo un sendero en dirección a la vivienda de 524 y Almirante Brown, donde se halló a Giglio herido y semi desvanecido.
De las huellas registradas se dedujo que el incidente en el que se hirió a Giglio se produjo en el acceso vehicular de la casa de calle 511, evaluándose que el lavado del piso se habría hecho para ocultar manchas de sangre.
Gilgio murió horas más tarde en el hospital.
Este día, Estarli y su pareja quedaron detenidos, pero semanas más tarde los investigadores llegaron hasta Smoulenar, que se encontraba refugiado en un domicilio de la calle 37 al 300 de la localidad de La Dulce.
En el transcurso del proceso, ambos imputados comenzaron a acusarse mutuamente del asesinato. En el medio, la pareja de Estarli y progenitora de Smoulenar, sobreseída del hecho por la Justicia de Garantías, también incriminó a Estarli como el responsable de la puñalada que dio muerte a Giglio.