El fenómeno de las alagas rojas que cubrieron nuevamente la costa puede apreciarse hoy en las playas de Quequén que lucen una postal diferente a la habitual.
Así se ve reflejado en el video publicado hoy por @playaquequen, donde puede verse un colchón de algas coloradas en la arena que llegan con las olas.
Video de “Playaquequén”:
Un panorama similar se vio también a principios de enero en las playas de Necochea.
La información oficial sobre estos fenómenos llamados mareas rojas, indica a través de la página Argentina.gov, que ocurren en los mares de todo el mundo. Son causadas por una masiva proliferación de algunas especies de algas microscópicas (microalgas) cuando determinados factores del medio ambiente (temperatura, luz, pH, disponibilidad de ciertos nutrientes, salinidad, entre otros) se tornan favorables para su multiplicación. Debido a que las microalgas poseen pigmentos, su acumulación sobre la superficie del mar puede ser visualizada como manchas de extensión variable, de color rojizo, pardo o verdoso, lo que ha dado el nombre de “marea roja”.
¿Cuál es el peligro para la salud humana?
Algunas especies de microalgas son productoras de potentes toxinas.
Organismos tales como moluscos bivalvos (almejas, mejillones, cholgas, berberechos, ostras) o gasterópodos (caracoles de mar), pueden acumular las toxinas en su cuerpo al alimentarse de microalgas tóxicas. Las toxinas no afectan a los moluscos, ni les producen cambios perceptibles en su olor, color o sabor. Pero si estos moluscos contaminados son consumidos por el hombre pueden ocasionarle un cuadro de intoxicación, cuya gravedad dependerá del tipo de toxina y de la dosis ingerida. Las toxinas no son inactivadas por la cocción, el agregado de vinagre o limón, o por el consumo de alcohol. Tampoco existen antídotos.
A nivel mundial, se informan anualmente más de 2.000 casos de intoxicaciones en humanos con un 15 por ciento de mortalidad asociada. La mayoría de estos casos han correspondido a personas que recolectaron moluscos en playas o en zonas cercanas a la costa para prepararlos en comidas familiares, o bien, a pescadores que consumieron moluscos recolectados en altamar.