El mes de febrero trajo a la costa bonaerense un fenómeno que tiñó de rojo las playas: se trata de la proliferación y arribazón de algas rojas, que se extendieron como verdaderas alfombras sobre la arena en Mar del Plata, Centinela del Mar y Necochea principalmente.
Las “arribazones” pueden definirse como la afluencia y acumulación de organismos, materiales o basura flotante en una región, generalmente en playas, ocasionadas principalmente por factores meteorológicos y oceanográficos. De acuerdo a un informe de los investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, algunas de las causas que motivan la acumulación de estas algas son el intenso oleaje, las altas pleamares superiores, así como el desarrollo de vientos predominantes del este y noreste.
En este caso, las condiciones meteorológicas generaron el desprendimiento de las macroalgas por la acción mecánica de las olas, y luego, su transporte y arribo a las playas fue producto de las altas mareas. Esto evidencia que estas algas también se encontraban presentes los días previos en la columna de agua, así como en la zona de rompiente, ocasionando incomodidad a bañistas y surfistas locales.
Las algas rojas son del grupo de las Rodofitas, Anotrichium furcellatum y Callithamnion sp. Tienen estructura macroscópica, visible y palpable, y cuando se produce una arribazón, pueden hallarse decenas de especies diversas en la biomasa acumulada.
Según los investigadores, Anotrichium furcellatum es considerada una especie exótica que fue detectada por primera vez en las costas de la provincia de Buenos Aires en 1997, aunque ya se encuentra establecida y fue protagonista de una arribazón muy importante observada en el año 2000. Cabe señalar que estas algas no son tóxicas para las personas. No obstante, se recomienda no consumir ni utilizar sobre la piel, ya que, como a veces se cree, no tienen propiedades cosméticas.
La bióloga del INIDEP Guillermina Ruiz aseveró que estas algas “son de color rojo y liberan ‘juguito’ de adentro y tiñen el agua”. Ruiz destacó que es un “fenómeno natural” y no es peligroso y distinguió esta arribazón de la llamada marea roja, que puede afectar a la fauna marina. “No es una marea roja generada por microalgas, porque estas son macroalgas, es una biomasa visible”, precisó la especialista.