La noche del 6 de diciembre de 2014, Michel Noa Suárez, de 20 años, fue hallado colgado de un cordón de la malla en el locutorio de la Comisaría Segunda donde se encontraba alojado tras haber sido detenido horas antes, según los testimonios de los policías que prestaban servicio en la dependencia.

Cuatro de esos efectivos fueron pasados a disponibilidad y hoy enfrentan un juicio por “Homicidio culposo y severidades” y “torturas seguidas de muerte”.

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Esta mañana, Yanina Paola Mohana, Héctor Daniel Allamanla, Fernando Pérez Zenatti y Matías Germán Larrea afrontaron la primera jornada del juicio en la sede del Tribunal Criminal Oral 1 donde desde temprano se convocaron familiares, amigos y organismos de Derechos Humanos que mantuvieron una vigilia en la vereda acusando a la policía de haber asesinado a Noa Súarez.

Sáurez fue detenido por romper los vidrios de un local partidario en la avenida Benedicto Campos y trasladado en un móvil policial a la comisaría.

Uno de los testigos que prestó declaración fue Germán Herold, entonces jefe de Turno y actualmente jefe del Comando de Patrullas.

Había sido parte del operativo en el que detuvieron al joven y el detenido estaba a su cargo.

Aseguró que Suárez fue ingresado al locutorio, que es el lugar donde se alojan los presos recién llegados y que, previamente, le quitaron las muletas que usaba para poder movilizarse con el fin de evitar que pueda infligirse algún daño.

Cuando el joven fue hallado colgando de un cordón que había supuestamente atado a la luz del locutorio, Herold indicó que se acercó hasta el lugar y, como vio que estaba siendo asistido por otros efectivos, decidió retirarse para pedir una ambulancia.

En efecto, Suárez era asistido por el oficial de servicio Allamanla que fue quien, según su testimonio lo descubrió colgando.

Sin embago, la declaración de Herold no convenció a la defensa de Paola Mohana, Héctor Daniel Allamanla, Fernando Pérez Zenatti, representada por Juan Pablo Roselló, por lo que la presidenta del Tribunal, Luciana Irigoyen Testa, habilitó un careo entre el testigo y el efectivo que asistió a Suárez.

Previamente, y quebrado por momentos, Allamanla describió lo que sucedió esa noche. Según dijo, cuando el aprehendido fue ingresado a la dependencia policial, escoltado por Pérez Zenatti, “venía ofuscado e insultando a los oficiales”.

Allí, Pérez Zenatti le quitó las muletas y lo ingresaron al locutorio.

Según esta declaración, tanto en el locutorio como en los calabozos, no había luces ese día.

Las llaves quedaron en su poder, pero luego se las entregó a Herold para dirigirse hacia el local partidario donde se habían producido las roturas junto al denunciante.

Al regresar, volvió a apoderarse de las llaves de los calabozos y se dirigió al locutorio.

“La puerta no tenía candado así que la abro y estaba la persona ahorcada. Lo cargué sobre mi hombro y lo bajé despacio en el pasillo para empezar a hacerle maniobras de RCP” señaló.

Según Allamanla, no necesitó cortar el cordón del que colgaba Noa, sino que simplemente tirando lo pudo sacar. Aseguró que no vio lesiones en el cuerpo de la víctima y que posteriormente, como aún permanecía con vida, lo esposaron y lo llevaron al hospital.

“Seguimos trabajando con normalidad hasta el mediodía” sostuvo, agregando que ahí se enteró que el detenido había fallecido y fue pasado de inmediato a disponibilidad.

Por otra parte, aseguró que el resto de los detenidos, alojados en los calabozos contiguos, gritaban que a Noa le habían pegado y que lo había matado Jensen. Jensen es el policía que esa noche había dejado la guardia antes del ingreso de Allamanla.

Declaración de Héctor Daniel Allamanla:

Luego de esta declaración se dio lugar al careo con el testigo Herold en uno de los momentos de mayor tensión en el debate ya que, tanto Allamanla como quien entonces era su compañera en la guardia, Mohana, aseguran que Herold se tapó la cara con las manos y se retiró llorando cuando vio el estado en el que estaba Noa.

Careo entre los efectivos imputados y Herlod que era entonces su jefe:

Después de un cuarto intermedio declararon como testigos Carlos Andrés Lescano y Miguel Ángel Puello, ambos están actualmente detenidos en Batán, pero en 2014 se encontraban alojados en la comisaría segunda.

Los testimonios coincidieron en afirmar que habían escuchado gritos de Noa y que “se oía como que lo estaban golpeando en el locutorio”.

“Él reclamaba algo y la policía le decía que se calle” indicó Puello, asegurando que, cuando lo ingresaron al locutorio el joven les gritaba que no le pegaran.

En horas de la tarde noche de este lunes, las partes junto al Tribunal harán una inspección ocular en el edificio de la Comisaría Segunda para intentar recrear lo que pudo haber sucedido esa noche.

El juicio continuará mañana donde se esperan entre otros, la declaración del resto de los efectivos imputados.

Yanina Paola Mohana, Héctor Daniel Allamanla, Fernando Pérez Zenatti, son representados por Juan Pablo Roselló; la defensa de Matías Germán Larrea está a cargo de Gonzalo Raggio, en tanto que la querella la lleva adelante María del Rosario Fernández, una abogada de Buenos Aires.  La fiscalía esta representada por Horacio Sirimarco.