El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, reafirmó su postura y la Provincia no cederá ni un ápice en la entrega de petróleo y gas, a pesar de la presión del gobierno nacional liderado por Javier Milei. La confrontación alcanzó su punto álgido este sábado con una reunión virtual entre mandatarios patagónicos, convocada por Torres para “tomar medidas en conjunto”, en la que ratificaron que el miércoles cortarían el suministro de gas.
En medio de la crisis económica y los cruces con el gobierno de Milei, Torres sostiene su posición con determinación. “No vamos a dar ni un paso atrás”, advierte, tras acusar al oficialismo de descontar fondos por una deuda que la provincia intentó saldar recientemente. Luego el mandatario enfatizó: “Nos vamos a defender de este gobierno o del que sea”.
“Lo que pedimos es respeto, no dinero. El Gobierno se quiere llevar puestas a las provincias”, acusó Torres, subrayando la necesidad de un liderazgo nacional que combine coraje con respeto hacia las jurisdicciones provinciales. Aseguró que Chubut no será pisoteada y destaca la importancia de la dignidad ante las presiones económicas.
Ante la gestión de La Libertad Avanza (LLA), Torres no escatimó en críticas. Acusó al gobierno de ser valiente en Twitter, pero débil en acciones concretas para combatir las verdaderas problemáticas del país. Reservó una crítica especial para Javier Milei y su círculo, a quienes acusó de desviar la atención de los problemas reales mediante peleas mediáticas y una agenda superficial.
Torres profundizó su análisis al cuestionar la verdadera agenda de Milei. ¿Está el líder de La Libertad Avanza más interesado en luchar contra una élite ficticia que en resolver los problemas tangibles del país? Torres sugirió que Milei se ha convertido en un símbolo de distracción, enfocándose en discusiones estériles en lugar de abordar las crisis reales que enfrenta la sociedad argentina.
En medio de tensiones crecientes y retóricas polarizadas, la crisis entre Chubut y el gobierno de Milei alcanza un nuevo nivel. Torres se aferra a su posición con firmeza, desafiando la presión económica y política con una demanda simple: respeto por parte del gobierno nacional. Mientras tanto, las críticas hacia Milei y su estilo de liderazgo se intensifican, planteando interrogantes sobre su capacidad para abordar los desafíos reales del país más allá de las disputas mediáticas y la retórica inflamada