Miles de sonrisas, momentos alegres y fraternos se mezclan en la plaza Hipólito Yrigoyen de Quequén con las diferentes actividades que la Delegación preparó para celebrar los 168 años de esta localidad.

Un encuentro hermoso donde el pueblo está participando.

Más allá de eso, la lucha histórica de Quequén ha sido el pedido de autonomía, el cual viene desde hace varias décadas atrás y que no ha sido escuchado en la capital provincial. Quequén primero fue parte del Partido de Lobería y desde 1979 integra el de Necochea.

Este viejo reclamo en el último lustro había perdido fuerza, pero ahora parece resurgir.

Para ello hay reuniones nuevamente, se ve, escucha y lee en redes sociales a grupos que militan el axioma “Nuevo Municipio para Quequén”.

Seguramente será una labor que demandará paciencia, tolerancia, inteligencia y persistencia.

También hay que decir que más allá de lo valorable de la lucha, se nota cuando algunos aprovechan a viejos dirigentes, a los que ensalzan para que con su verborragia se hagan notar en actos y reuniones públicas. A veces hasta con gritos e insultos. Eso está claro que no conduce a nada, al contrario los aleja del objetivo.

Por eso el tiempo nos mostrará si esta vez este reclamo podrá llegar a un resultado distinto, a los movimientos anteriores, que no alcanzaron el objetivo.

Y ahí es donde se busca hacer foco.

Lamentablemente las diferentes luchas autonomías se vieron embarradas por diferentes cuestiones que terminaron dividiendo las fuerzas para alcanzar el objetivo.

Muchas veces la política metió la cola. No olvidar la Ley Marco que a las claras se veía que con ella era imposible alcanzar la autonomía, pero igual hubo quequenenses que la militaron y nada se logró.

Otra situación que pasaba era en años electorales cuando aparecían dirigentes. hasta funcionarios provinciales, que con el tiempo quedaban a las claras que sólo “querían hacer rostro” porque nunca se avanzó.

O cuando había miradas que responden más a lo político partidario que al reclamo en sí.
Y estos son algunos ejemplos, de cómo la interferencia de algunos diluía el reclamo autonomista.

Está claro que nadie va a hacer por ellos, lo que los quequenenses no hagan.

Hay una historia, que sirve para analizarla y ver lo que estuvo bien y que hay que cambiar para alcanzar el objetivo, y claro hacerlo con responsabilidad.

El pedido de autonomía vuelve a sentirse en Quequén. Veremos hasta donde llega.

 

Por Alejandro Sánchez