Un intruso profanó una tumba en el cementerio de Miramar e intentó robar el cadáver de un bebé, pero el hecho fue impedido por el rápido accionar del sereno, que lo puso en fuga.
El caso, que se conoció en las últimas horas, ocurrió en horas de la noche del domingo y fue alertado por imágenes que tomaron cámaras de seguridad. Entonces, el cuidado de la necrópolis se dirigió hacia la zona donde están inhumados los restos infantiles junto a un perro que, al notar movimientos extraños, comenzó a ladrar.
Entonces, la persona que cometía la profanación salió corriendo y huyó hacia la zona del vivero sin llegar a robar nada. Al arribar a la tumba, el empleado del cementerio observó que la tierra estaba removida y se sospecha que el intruso había intentado cavar con sus propias manos.
El caso recordó a los otros tres ocurridos en los últimos tiempos: dos en 2017 en Otamendi, y uno en 2019 en Miramar. Por ellos, se instalaron la zona en cuestión 16 cámaras de seguridad, aunque las familias afectadas aseguran que “no alcanza” para custodiar los sectores en cuestión.
La fiscal Ana Caro confirmó el hecho aunque reiteró que este tipo de hechos no están configurados como delitos en el Código Penal, por lo cual si bien desde su unidad de instrucción tomaron conocimiento de lo ocurrido, no se inician causas judiciales al respecto.
Fuente: La Capital