En el campo de juego de Mataderos aún reina el delirio del primer título conseguido por Villa Díaz Vélez, los jugadores disfrutan con su familia y por ahí anda el responsable de esta gran alegría naranja: el DT Pablo Andrés Fernández, también acompañado de su familia, y con la gratitud a flor de piel a la hora de dialogar con T S N Necochea.
Lo primero que deja en claro Pablo es la importancia del esfuerzo colectivo. “Es el trabajo de todos, nosotros nos incorporamos hace un año, había un trabajo de base muy importante de dirigentes, profes y jugadores y sufrimos un poco, pero somos campeones merecidos porque hicimos un gran torneo y fuimos superiores a todos. De hecho la semi y la final se las ganamos a los equipos que terminaron arriba nuestro en la fase regular y a los dos les ganamos de visitante. Más allá de que fue en los penales, en los 180 minutos podríamos haber merecido un poco más”.
AUDIO Pablo Fernández
Desde hace unos años que Pablo es un hombre de fe, se aferró a Dios como modo de vida y no dudó en expresarlo. “Les había declarado a los chicos que iban a salir campeón y no tenía ninguna duda…hasta el último instante había incluso algunos chicos en el banco que no creían pero yo sabía que Cristofer (Laxalt) iba a atajar dos penales y lo que le pedí a ellos fue que estuvieran tranquilos y que pudieran hacer lo que les tocaba a ellos, y gracias a Dios y para su gloria Cristofer atajó el último y somos campeones”.
Es por ello que cuando se le preguntó qué fue lo primero que se le vino cuando se arrodilló en el campo de juego, Fernández reveló que “fue agradecerle a Dios porque hace 20 años que estoy dirigiendo y es mi primera vuelta olímpica… me pasaron muchas cosas, sufrimiento, dolor, muchas lágrimas durante tantos años donde no se nos había dado y habíamos estado muy cerca, así que arrodillarme y agradecerle a él”, y concluyó que “antes del partido pensaba Señor dame humildad en el momento del triunfo, así que fue arrodillarme y agradecer”.