Después de los tristes sucesos de la semana anterior en el Estadio Panamericano con el accidente que provocó lesiones en hinchas de Villa Díaz Vélez y la suspensión del partido, durante la semana hubo varias idas y vueltas y versiones, entre ellas que el partido se podía postergar para el domingo 28 por falta de cobertura policial. Pero se jugó y si bien el ganador fue Villa por penales, vale destacar el comportamiento de ambos planteles post partido en cancha de mataderos.

Más aún es importante rescatar el gesto de jugadores como Eduardo Berón (capitán de VDV) o de Jonathan Ríos, quienes antes de ir a festejar el triunfo propio fueron a consolar a los jugadores de Rivadavia, especialmente a Mateo Herrera y Emiliano Giudicate, a quienes Laxalt les contuvo su remate penal. Fue conmovedor el abrazo de Berón a Giudicatte y unas cuantas palabras al oído del estandarte de Rivadavia que estaba desconsolado.

En esa misma línea, vale destacar al arquero héroe, Cristofer Laxalt, quien en medio de la marea de festejos halló la lucidez necesaria para expresar ante T S N Necochea que “quiero dejar bien en claro que los jugadores de Rivadavia y Villa Díaz Vélez los dos quisimos jugar en todo momento y lo de los chicos de Rivadavia fue un espectáculo, porque nosotros los saludamos y ellos nos aplaudieron, eso es fútbol”.

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Laxalt le contiene a Giudicatte a su izquierda y VDV campeón. Foto Gustavo Villamonte
quiero dejar bien en claro que los jugadores de Rivadavia y Villa Díaz Vélez los dos quisimos jugar en todo momento y lo de los chicos de Rivadavia fue un espectáculo, porque nosotros los saludamos y ellos nos aplaudieron, eso es fútbol”.

Asimismo, quien recibió el trofeo por la valla menos vencida del campeonato valoró puertas para adentro que “este es un mérito de todos, no solo de los 11 que entramos, sino de los 30, los cuales trabajamos y dejamos la familia de lado para ir a entrenar”.

Cristofer Laxalt con el premio de valla menos vencida y Fernando Montes con el de goleador. un campeón que cierra por todas partes.

FOTOS: Gustavo Villamonte