A un par de días de recibir a la niñez en la Plaza Dardo Rocha, la Municipalidad también apunta a los festejos de Carnaval, que tendrán lugar en el mismo espacio céntrico entre los próximos sábado 10 y lunes 12 de febrero, en el marco de un fin de semana largo que incluirá también al martes posterior.
En un trabajo conjunto entre las direcciones de Cultura y Juventud, áreas dependientes de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Productivo, y a través de un esfuerzo mancomunado con distintas agrupaciones murgueras del distrito, la grilla de actividades y espectáculos gratuitos se extenderá en el horario de 17 a 23, durante cada jornada.
En este sentido, desde la organización adelantaron que el sábado se estará presentando como espectáculo central la murga “Cachivaches de la Ilusión”, el domingo será el turno de “Los Reventados del Ritmo” y cerrará la fiesta “Hoy Bailaré”, en la tarde del lunes.
Además, habrá espectáculos musicales, actividades y sorpresas para la comunidad local y turística que se vaya acercando hasta el centro de Necochea para vivir el colorido y la alegría de los carnavales.
La historia
Como tantas otras celebraciones nacionales, este festejo fue introducido en nuestro territorio por la población de origen español y tuvo un gran impulso inicial de la comunidad afroargentina, según recuerda el Ministerio de Cultura de la Nación. A su vez, la tradición en el país ibérico marca que termine el miércoles de ceniza, fecha que marca el comienzo de la cuaresma, la temporada de reflexión y prudencia donde los cristianos se preparan para celebrar la Semana Santa.
Desde los tiempos de las colonias, los festejos del Carnaval, asociados a los bailes de máscaras, tenían su epicentro en la primera sala teatral de Buenos Aires, la Casa de Comedias, llamada popularmente la Ranchería, ubicada en las actuales esquinas de Perú y Alsina. En Gualeguaychú, la otra capital del carnaval en el país, la primera autorización para esta celebración se otorgó a mediados del siglo XIX: en 1840.
Eran comunes entonces los ya tradicionales juegos en la calle, donde los niños y adultos se arrojaban agua mezclada con distintos ingredientes, según el afecto por el otro: lavanda para los amigos y sal para los rivales. Estas fiestas iniciales se cristalizaron en el primer corso oficial de Buenos Aires, realizado en 1869, en el que una gran atracción fueron las comparsas de candombe, integradas en su mayoría por afrodescendientes.
En el siglo XX la influencia de los inmigrantes italianos y españoles resignificó el Carnaval y produjo el pasaje de las comparsas de candombe a las murgas, que comenzaron a bailar y tocar en los corsos. Después de la Dictadura, la vuelta de la democracia permitió que las murgas que quedaban regresaran a las calles, ganando impulso nuevamente en los barrios. En 2010, la restitución oficial de los feriados nacionales del lunes y martes de Carnaval apuntaló definitivamente esta expresión cultural que dará dos días de descanso en febrero.