En la sección Lugares de este martes 4 de febrero, el diario La Nación se ocupa de detallar las bondades de Necochea y Quequén como destino turístico.
Al artículo periodístico, de Ana van Gelderen, relata parte de la historia de nuestra ciudad desde el Museo Histórico y recorre paisajes como el parque Miguel Lillo, el Lago de los Cisnes, la venida 2 y las escolleras. Además, destaca la gastronomía y los programas de aventuras:
Discutida entre Ángel Ignacio Murga y Eustaquio Díaz Vélez, la fundación de Necochea fue en 1881. Inicialmente se iba a levantar a 103 kilómetros de donde está ahora, en dirección al interior de la provincia, por propuesta de Díaz Vélez, pero ganó la postura de Murga, que la quería junto al mar. La bautizaron en honor al general Mariano Necochea, que había participado de las Guerras de la Independencia.
Según cuenta Matías Criado, coordinador del Área de Museos de Necochea, la ciudad comparte una peculiaridad con Washington DC. “Son las únicas dos ciudades que tienen monumentos masones a la vista del público. Lo ves en la 58, entre 57 y 55”, asegura, mientras ofrece una guiada por el Museo Regional “Egisto Ratti”, en lo que fue la casa de veraneo de la familia Díaz Vélez. Cuenta que la casona perteneció a María del Carmen Felicitas Díaz Vélez, bisnieta de Eustaquio Díaz Vélez, que se casó con Belisario Ernesto Álvarez de Toledo. “Todas estas tierras pertenecían a la familia y se las expropiaron en los años 40”, señala. “El turismo masivo llegó durante el primer gobierno de Perón. Antes, sólo Quequén, recibía veraneantes”, agrega mientras caminamos por el museo que está en el Parque Miguel Lillo.
Repleto de pinos, el parque tiene una avenida, Pinolandia, que lo atraviesa y otras calles internas para recreación. Además, está el Lago de los Cisnes, un sector de botes con forma de cisne para pedalear en una laguna artificial. Postal clásica de la Necochea de los años 80, la época más convocante de esta localidad costera que está al sur de Mar del Plata, a una hora y cuarenta minutos en auto.
Con trazado de 1883, Necochea nació hacia el norte de la casa de Díaz Vélez, con cuatro manzanas fundacionales. El Hotel Royal, en el cruce de las actuales avenidas 2 y 85, fue el primero de la ciudad, quedó solo la fachada y se convirtió en departamentos. Las calles, que en aquellos tiempos tenían nombres, hace ya varios años que llevan números. El ejido urbano nace en la avenida 2, frente al mar, y en paralelo corren la 4, la 6 y la 8, sucesivamente. Las transversales son impares y la progresión numérica asciende en dirección al sur. En relación a sus habitantes, los permanentes son alrededor de 110.000, pero muchos más en verano, cuando 26 puestos de guardavidas cubren los 64 kilómetros del litoral costero. La localidad es vecina de Quequén, que tiene un puerto que pertenece a un consorcio y se alza imponente, junto al río del mismo nombre y entre dos escolleras.
En verano, la playa es protagonista y en Necochea hay costumbres inalterables, como comprar churros en la playa. También se suele ir a tomar un helado en Tirol, en la Diagonal San Martín; o, si el día está feo, tomar mate en el Parque Miguel Lillo. Otro clásico es ir a ver los lobos marinos a la escollera, que son cientos y están bien cerquita de la calle. Se acurrucan, juegan, se pelean y se meten al mar.
Otro gran plan es lanzarse a descubrir el Médano Blanco, que es el más alto de la costa. Claudio Mousseigne de Travesías Necotata es quien guía este paseo. Fanático de los vehículos marca Tata, ahora maneja una 4×4 más convencional, y propone un recorrido que va mucho más allá del médano. Entre los acantilados, se atraviesan bosques de pinos, se bordea el Parque Eólico Vientos de Necochea, se pasa por grutas naturales y se puede contemplar la belleza de Punta Negra y Punta Florida.
A 35 kilómetros de la ciudad de Necochea, el balneario Los Ángeles es un loteo de los años 50, con un espíritu hippie bastante perceptible. Claudio comenta que aquí viven siete familias de forma permanente, que hay dos proveedurías, una escuela, y que alguna vez hubo una hostería. A unos metros, la Cueva del Tigre, que se llama así porque fue el escondite de un malevo de Quequén. Una vez en las dunas, con 100 metros de altura, el Médano Blanco tiene sectores para hacer culipatín y sandboard, o simplemente observar lo dinámica que puede ser la arena que se moldea por el viento. En el trayecto de vuelta a Necochea, los restos de un barco hundido que se llamaba Westbury le suman épica a este paseo matutino.
Otro paseo alternativo a la playa es salir de la ciudad por la RP 86 y tomar un camino de ripio que conduce a las Cascadas del río Quequén… Aunque, en rigor, son apenas saltitos del río que corre con fuerza y arma piletones. En toda la zona es importante no confiar a ciegas en Google Maps, que puede proponer caminos alternativos que no están consolidados para vehículos que no son 4×4.
Datos útiles
Parador Neptuno. Abrieron hace dos años y sirven muy buen sándwich de lomito, además de rabas y papas con cuatro quesos. Todos los días, de 8 a 2 de la madrugada. Av. 2 y Pinolandia. T: (2262) 24-9401. IG: @paradorneptunoav2
Bodegón El Loco Iglesias. Junto al puerto, ofrece los mejores mariscos y pescados de la zona. La cazuela es abundante, y el abadejo, en sus múltiples versiones, sale muy bien. De lunes a viernes de 11 a 15 y de 17 a 23.30 horas. Av. 59 n°119. T: (2262) 42-2262. IG: @bodegon_el_loco_iglesias
Oficina de Turismo de Necochea. Orientan con eficacia en relación a actividades como pesca, excursiones, cabalgatas, parapente y surf. Todos los días, de 9 a 20 horas. Av. 2 y 87. T: (2262) 43-1153. IG: @necocheatur
Travesía Necotata. Claudio Mousseigne conoce la zona como nadie, maneja muy bien en las dunas y tiene una 4×4 muy bien equipada. Súper dispuesto para las guiadas, ofrece paseos hasta el Médano Blanco que duran alrededor de cuatro horas. Las salidas son por la mañana y por la tarde, con reserva previa. Desde $45.000 por persona. T: (2262) 47-7106. IG: @travesiasnecotata
Museo Histórico Regional “Egisto Ratti”. En el Parque Miguel Lillo, la antigua Casa Díaz Vélez es sede de la colección que repasa el devenir de la localidad. Tiene salas dedicadas a los pueblos originarios, juegos de la vida cotidiana, vida rural, fundación y masonería y costumbres playeras. Se puede hacer autoguiado, pero hay guías. De martes a sábados de 9 a 13 horas. Gratis. T: (2262) 42-5159. IG: @areademuseosnecochea