El 1 de abril del año 1924 fue trágico para dos barcos cuyo destino era llegar al puerto de Bahía Blanca, pero la naturaleza quiso que ambos quedaran en la zona de Quequén y Necochea.

Uno era el Monte Pasubio, de bandera italiana y el otro el Westbury de bandera británica. Fue en la misma noche y a pocas horas de diferencia.

El Monte Pasubio era un barco de Acero botado en el año 1920 bajo el nombre de War Glory y pertenecía al  Shipping Controller, del Reino Unido. Sus dimensiones en pies eran 412.4 x 55.8 x 35.4 y tenía un registro grueso de 6.568 toneladas.

Según la crónica, a las 22.30, se sondea el fondo (verifica la altura del agua bajo el casco), y se constata que se estaba a 12 brazas, aproximadamente 22 metros.

Se paró la máquina y se fondearon las dos anclas, con la esperanza de que el buque no fuera arrastrado hacia la playa. Pero las anclas garrearon (arrastraron por el fondo) y el buque fue a encallar frente al Faro de Quequén. No hubo víctimas y al día siguiente el capitán Maresca realizó una exposición en la Prefectura Naval de Quequén.

 

El barco fue abandonado a favor del seguro y luego vendido, desmantelado y desguazado. Sólo quedó la hélice, que muchos años después dio nombre un local gastronómico del balneario Monte Pasubio.

Un barco ingles en el Quequén

En cuanto al Westbury, había partido de Rio Grande do Sur, en Brasil y se dirigía también a Bahía Blanca. Se trataba de un vapor británico de casco de acero perteneciente a la empresa Capper, Alexander & Company, construido en el año 1901 en el astillero Gourlay Brothers, del Reino Unido.

El 1º de abril de 1924, a las 14, fue sorprendido por un fuerte viento sur cuando navegaba hacia Bahía Blanca.

A las 18 el viento calmó, pero inmediatamente el mar furioso llevó a los tripulantes a perder el control y el barco comenzó a rolar, causando el mal funcionamiento de las máquinas.

buque hundido quequen

A las 22 el temporal arrastró al buque hacia la luz del Faro de Quequén, por lo que media hora más tarde decidieron lanzar las anclas, con el fin de fondear. Sin embargo, minutos antes de la medianoche el buque fue arrastrado a la playa y encalló a unas diez millas al Oeste del faro.

Este barco siguió la misma suerte que la del Pasubio, fue abandonado a favor de la empresa aseguradora y luego vendido y desmantelado.