En la última jornada de declaraciones testimoniales dos peritos de la defensa contradijeron las afirmaciones de perito presentada por el particular damnificado, Virginia Creimer. Además, dos de los policías imputados decidieron declarar.
Dos peritos forenses presentados, uno por la defensa de uno de los policías imputados y el otro por la fiscalía de Horacio Sirimarco, declararon esta mañana en lo que fue una nueva joranda de testimonios en el juicio por la muerte de Noa Suárez.
Ambos, Fabio Gabriele y Carlos Daniel Antuña, declararon ante el tribunal y contradijeron lo afirmado por la perito presentada por el particular damnificado, que aseguró que Noa murió por golpes y después fue colgado.
Antuña se refirió a las marcas en el cuello, específicamente al surco de la ahorcadura, y explicó que en una acción suicida tiende a tener una dirección hacia atrás, pero esto sin embrago dependen también de la suspensión y del elemento utilizado, entre otros factores.
En ese aspecto, detalló que, las conclusiones del informe de anatomía patológica no son condicionantes exclusivamente de una muerte por asfixia, que fue el argumento presentado por Cremier, cuando aseguró que Noa no murió ahorcado sino asfixiado. No obstante, aclaró que hay un sinnúmero de elementos que no le permiten determinar las causas de la muerte.
Respecto a las heridas que presentaba el cuerpo del joven, Gabriele estimó que databan de más de 24 horas previas a la muerte.
En el medio hubo otro testimonio de un detenido que estaba ese día en la Comisaría Segunda. Alvarado prestó declaración de manera virtual desde Lobería. Aseguró que Noa ingresó al locutorio en estado de ebriedad y que se escucharon algunos golpes.
“No vi maltrato de la policía, pero se escuchaba que el chico gritaba y le pegaban patadas y trompadas” sostuvo, aunque aclaró que “es algo normal cuando te van a detener estando en estado de ebriedad”.
Declararon dos de los imputados
Antes de terminar, Juan Pablo Roselló, defensor de Paola Mohana, Fernando Pérez Zenatti y Héctor Daniel Allamanla, señaló que dos de sus defendidos querían declarar.
En primer término, se escuchó a Paola Mohana, quien ya había estado en un careo frente al testigo Germán Herold, jefe de turno entonces de la dependencia policial.
La joven volvió a dar su versión de los hechos ocurridos esa noche, y ratificó que cuando Herlod le pasa lo datos, le dice que el aprehendido no tenía pertenencias. Es decir que el joven fue ingresado al locutorio con los cordones, tanto de su malla como de las zapatillas.
Según Mohana, una vez detenido, Suárez empezó a golpear la puerta del locutorio reclamando las muletas y los detenidos en los otros calabozos se comunicaron con él ofreciéndole frazadas y mates.
“Suarez estaba a la defensiva y empezó a insultarlos, entonces los detenidos le dicen que ya te van a pasar para este lado y ya vas a ver” sostuvo la policía.
Aseguró que luego de la detención, tanto Pérez Zenatti como Allamanla, se retiraron de la dependencia policial hasta que Allamanla volvió y se dirigió al sector del locutorio. Allí es cuando empezó a gritar que Suárez se había ahorcado.
En la misma línea declaró Pérez Zenatti que reconoció que, si bien al momento de la detención Noa se encontraba exaltado y con olor a alcohol, nunca intentó agredir a los efectivos.
“Era un reo respetuoso, pero se iba de boca y nos decía de todo” señaló.
Desde lo personal, el imputado aseguró entre sollozos que, desde ese momento, se encuentra medicado, con depresión y bajo tratamiento psiquiátrico. “En 16 años de carrera es el primer sumario administrativo que tengo” sostuvo.
El próximo lunes, a partir de las 9, se realizará la quinta jornada del juicio oral y público y será el turno ya de los alegatos.